Carta de despedida

Yo era un ave, un ave de esas de plumas excéntricas y alas largas, volaba libremente…

Nunca supe quién era mi papá, a veces creo haberlo visto volando por ahí en el cielo y a veces viniendo desde el suelo… Tenía solo eso, un vago recuerdo de cuando voló antes de yo aprender a caminar siquiera, solo estaba mamá…Sólo ella entendía cómo podía volar tan lejos y volver antes de ver caer el sol, cada vez volvía más tarde que, incluso hubo un día que no volví ni a ver mi nido en años.

Era feliz, vi cosas que nunca había visto, aprendí a cazar para comer, a hacer amigos y a viajar, a acampar y a comer lo que estaba a mi alcance, dejé de hacer cosas de niños, dejé de jugar pero nunca deje de volar, volé alto, tan alto que me caí y me fracture un ala, unas personas me recogieron del suelo y me alzaron hasta llevarme a un cálido hogar, me ayudaron con mi ala hasta que ya no sentí dolor, pero tenía un problema, más nunca pude volar de nuevo…

Caminaba por los alrededores y ya los lugares que veía desde arriba eran diferentes, a los que ahora veo desde abajo, aplastantes, intenté escapar mil veces pero no pude conseguirlo, mi mamá me iba visitar a veces, cantábamos juntas a través de un cristal de separación, las personas me encerraron ahí y no podía salir, ahora tenía un dolor más agudo que el de mi ala rota, el dolor de la soledad… Un dolor extraño, que quemaba todo mi ser, me comía por dentro, las personas que me ayudaron no lo hicieron más y busqué la forma de escapar, lo hice, caminé lo que un día volé en horas, lo recorrí en días, semanas, traté de volar hasta que me dolía de nuevo el ala y alma. Quise cazar de nuevo, quise valerme por mí y volteaba a los lados y los amigos pájaros que hice alguna vez estaban volando y nunca vieron hacia abajo donde estaba yo…

Ya se me hacía difícil ver hacia arriba… Quise llenarme de tinta y escribir en mi mente, plasmar todo aquel malestar, tomé lo que yo conocía, lo que yo aprendí , me despedí de todo lo que estaba arriba y aprendí a caminar mejor, dolía cada paso al extrañar mis alas, que al final estaban ahí y no podía usar, extrañaba aquella brisa que tocaban mis plumas, quise sentirla una vez más, quise no sentir más dolor, así que luego de intentar volar, emprendí vuelo a un lugar mejor…

 

4 comentarios en “Carta de despedida

  1. Siempre pensé que solo eras una chica con trastorno narcisista de la personalidad. Pero no, solo eres una muñeca rota. Ahora entiendo tu particular forma de ser y de herir. Espero que algún día sepultes tus fantasmas.

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    1. Me causa gracia tu comentario. Ocultarse detrás de un seudónimo y decir este par de cosas no te hace un buen juez, no sabes quién soy pero si eso le hace bien a tu ego, y lo que necesitas es un poco de atención, comenta en otro lado.

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